Las escuelas individuales no hacen mucho con los datos, excepto que los usan como un club.
Las administraciones tienden a mirar los datos en términos de “arriba y abajo”; ¿Mejoró el puntaje de un docente del año anterior? ¿Disminuyeron las calificaciones de los maestros y es por causa de despido o medidas punitivas?
Los administradores carecen de los antecedentes necesarios para realizar incluso un análisis estadístico simple. Esto es triste porque los datos podrían ser utilizados para informar.
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En un mundo ideal, los datos se utilizarían para informar la práctica. ¿Algún profesor tiene puntajes excepcionales en los exámenes? Tal vez se deba a la suerte del sorteo de estudiantes, pero tal vez se deba a que ese maestro en particular tiene alguna idea o tiene un conjunto de mejores prácticas que podrían compartirse con colegas.
Lamentablemente eso rara vez se ha visto. Los administradores y las escuelas son castigados por los puntajes en los exámenes que disminuyen anualmente, por lo que estos mismos administradores tienden a castigar a los maestros y departamentos si sus puntajes bajan.
Esta es la razón por la que soy muy escéptico sobre el llamado movimiento de “educación basada en datos”. Si tuviéramos profesores y administradores más motivados estadísticamente, tal vez las cosas cambiarían, pero la realidad es que cualquier maestro con suficiente experiencia técnica podría ganar mucho más dinero en otro lugar.
