El SAT y el ACT son exámenes estandarizados que están diseñados para evaluar qué tan preparado estás para la universidad. Son los dos “exámenes de preparación universitaria” más populares, y aproximadamente cuatro millones de personas los toman cada año.
Si bien su GPA le dice a las oficinas de admisiones cómo le fue en la escuela secundaria, no todos tienen las mismas tareas, maestros o currículo. Variables como estas hacen que sea difícil comparar a los solicitantes universitarios de diferentes escuelas.
Por lo tanto, exámenes como el SAT y ACT ayudan a las oficinas de admisiones universitarias a comparar rápidamente a miles de solicitantes y hacer inferencias razonables sobre su capacidad para desempeñarse a nivel universitario.
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Algunas universidades requieren que los solicitantes tengan un puntaje particular en estas pruebas, mientras que otras simplemente requieren que usted tome una. Una mala puntuación no necesariamente arruinará sus posibilidades de ingresar a una buena escuela (a veces se puede compensar con un ensayo excepcional de solicitud de ingreso a la universidad), pero puede obtener el puntaje promedio de SAT de [nombre de la escuela a la que desea ir] en Google “para ver el rango de puntajes obtenidos por los estudiantes que fueron aceptados en la escuela.
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre el SAT y el ACT?
A la mayoría de las universidades no les importa qué examen tomas, siempre y cuando realices uno. Tienen aproximadamente la misma duración (el ACT es 20 minutos más corto). No hay una diferencia significativa en la dificultad, la diferencia más grande es lo que las pruebas están diseñadas para medir.
El ACT está diseñado para medir lo que ya sabe, mientras que el SAT está diseñado para medir su capacidad para aprender cosas nuevas.