Simplemente pregúntate por qué te molestas en estudiar.
¿Por qué lo haces?
Cuando se trata de eso, las acciones más poderosas son aquellas que se realizan en y por sí mismas. La razón por la que se hacen es porque quieres hacerlo porque hay algo bueno que surge de la acción.
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Estudiar es aprender.
Si está estudiando por una razón que no sea para aprender, no es de extrañar que haya perdido su ventaja motivacional.
Usted mismo dijo que la competencia fue lo que lo llevó al éxito en primer lugar. Esto puede haber sido una bendición en ese momento, pero ahora es una maldición.
La razón de ello es que usaste la motivación externa en lugar de la motivación interna.
La motivación interna es mucho más valiosa porque abarca lo que nos importa: nosotros mismos.
Cuando nos involucramos en acciones que nos importan, importan muchísimo más.
Dependiendo de lo que quieras en la vida, tus acciones deben coincidir con la historia que esperas seguir.
Entonces, pregúntese: “¿Qué quiero en la vida y cuál es el camino de mi vida para conseguirlo?”
¿El estudio que estás haciendo ahora coincide con lo que realmente quieres en la vida?
Si es así, ¡genial!
Si no, olvida el estudio y concéntrate en lo que importa.