Mi mejor consejo es llegar a la conclusión de que (casi) cualquiera con quien hable sobre su experiencia universitaria le dirá que no querría haber ido a ningún otro lugar. La mayoría de las personas reflexionan sobre su alma mater con mucho cariño, especialmente las personas que terminaron asistiendo a una escuela que no fue su primera opción.
En este momento, probablemente no puedas imaginar asistir a ningún otro lugar que no sea Penn. Toda la trampa de la “escuela de los sueños” es fácil de caer víctima de ella. Solo tiene que dar un paso atrás y reconocer que el lugar donde asiste a la universidad no es un factor decisivo en su vida y no necesariamente determina lo que puede obtener de su experiencia universitaria. Imagínate a ti mismo teniendo éxito en todas las otras escuelas a las que postulaste.
Además, no permita que el rechazo le haga sentirse inferior o desanimado. Recuerda que la decisión no es hablar contigo como persona. Las ofertas de admisión en las universidades de la Ivy League son tan exclusivas que a nadie se le garantiza un lugar. En su lugar, usa el rechazo como motivación (posiblemente para que te vaya bien en una escuela diferente y te transfiera), y deja que alimente tu fuego.
- ¿Las admisiones en universidades altamente selectivas deben basarse en una lotería entre todos los candidatos calificados?
- ¿Alguien ha obtenido un puntaje perfecto en el SAT o ACT mientras estudiaba en casa?
- ¿Es bueno aceptar la oferta de admisión de una escuela graduada de EE. UU. Con la esperanza de cubrir los gastos financieros de alguna manera, en caso de ser admitidos sin ningún tipo de apoyo?
- ¿Es una puntuación ACT de 32 lo suficientemente buena como para entrar en Ivy Leagues, Stanford, Duke y UNC?
- ¿Vale la pena aplicar a una Ivy League con un GPA de 4.0, pero con una puntuación baja en el ACT?
No importa la decisión, solo disfruta el proceso. Es un momento emocionante en tu vida y debes deleitarte con todas las perspectivas que tienes. Cualquiera que crea que tiene una oportunidad en una escuela de la Ivy League debe estar haciendo algo bien, y terminará en una gran universidad sin importar nada. Simplemente siéntese, relájese, respire por la nariz y por la boca, y verifique la decisión. La decisión alterará el curso de su vida, pero no necesariamente para peor. La vida tiene una forma divertida de hacer ejercicio.
La mejor de las suertes.