- Recordando: no recordamos lo contrario. Segundo, porque si no tomamos notas, al principio recordaremos quizás incluso lo correcto, sin embargo, a lo largo del tiempo, lo que recordamos comienza a parecerse a algo completamente diferente. Cada vez que nuestra mente recupera una memoria, se la puede describir como un documento de palabra abierta sin modo de solo lectura y, por casualidad, juntamos un poco el documento cada vez que abrimos el documento. No está bien.
- Revisión, podemos revisar con precisión y rapidez lo que hemos aprendido.
- Manera táctil y multidimensional de comprender: nos gusta tocar y experimentar cosas, refuerza el aprendizaje. Especialmente el estilo tradicional de tomar notas con bolígrafo y papel es genial para reforzar este hábito. A pesar de que los materiales de la cámara escrita o de la computadora portátil son más precisos, la flexibilidad del lápiz y el papel para garabatear y agregar rápidamente también las ilustraciones y conexiones propias sigue siendo de la clase propia. Esto se puede complementar parcialmente con una cámara, por ejemplo, para obtener todo: flexibilidad, velocidad y precisión.
- Para su uso posterior. Es decir “para comparar notas”.
- Escribirlo lo hace real. Es más probable que se logren los objetivos escritos. Escribir las cosas nos hace procesar los pensamientos al menos en algún nivel, lo que hace que sean más propensos a formar parte de nosotros.
- ¿Prefieres simplemente ser un personaje en una historia contada por otros, o tener tu propia interpretación de ella?
Escribí un blog muy relacionado con este tema: ¿Cómo recordar más después de leer?