El control del pensamiento es más fácil de lo que imaginas
Suena un poco New Age, pero hay un método misterioso de control de pensamiento que puedes aprender que parece aumentar el poder del cerebro. Nadie sabe cómo funciona, y es difícil describir exactamente cómo hacerlo: no es relajación o concentración como tal, sino más bien un estado de ánimo. Se llama retroalimentación neuro. Y poco a poco va ganando credibilidad científica.
Neurofeedback surgió de la terapia de biofeedback, popular en la década de 1960. Funciona al mostrar a las personas una medida en tiempo real de algún aspecto aparentemente incontrolable de su fisiología (ritmo cardíaco, digamos) y alentarlas a que intenten cambiarlo. Sorprendentemente, muchos pacientes descubrieron que podían, aunque solo rara vez podían describir cómo lo hacían.
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Más recientemente, esta técnica se ha aplicado al cerebro, específicamente a la actividad de las ondas cerebrales medida por un electroencefalograma o EEG. Los primeros intentos se dirigieron a aumentar el tamaño de la onda alfa, que aumenta cuando estamos tranquilos y concentrados. En un experimento, los investigadores relacionaron la velocidad de un automóvil en un juego de computadora con el tamaño de la onda alfa. Luego les pidieron a los sujetos que hicieran que el auto fuera más rápido usando solo sus mentes. Muchos lograron hacerlo, y parecieron estar más alertas y concentrados como resultado.
Este éxito temprano alentó a otros, y el neurofeedback pronto se convirtió en una terapia alternativa popular para el TDAH. Ahora hay buena evidencia científica de que funciona, así como cierto éxito en el tratamiento de la epilepsia, la depresión, el tinnitus, la ansiedad, los derrames cerebrales y las lesiones cerebrales.
Y para mantenerse al día, algunos experimentadores han utilizado escáneres cerebrales en lugar de EEG. Los escáneres pueden permitir que las personas vean y controlen la actividad de partes específicas del cerebro. Un equipo de la Universidad de Stanford en California demostró que las personas podían aprender a controlar el dolor observando la actividad de sus centros de dolor ( New Scientist , 1 de mayo de 2004, pág. 9).
Pero ¿qué pasa fuera de la clínica? ¿Alguna vez la retroalimentación neurológica permitirá a las personas comunes mejorar su función cerebral? Posiblemente. John Gruzelier, del Imperial College de Londres, ha demostrado que puede mejorar la memoria de los estudiantes de medicina y hacer que se sientan más tranquilos antes de los exámenes. También ha demostrado que puede mejorar la técnica de los músicos y bailarines, y la está probando en cantantes de ópera y cirujanos.
Neils Birbaumer, de la Universidad de Tbingen en Alemania, quiere ver si el neurofeedback puede ayudar a los delincuentes psicopáticos a controlar su impulsividad. Y hay indicios de que el método podría aumentar la creatividad, mejorar nuestros orgasmos, brindar más confianza a las personas tímidas, mejorar los estados de ánimo bajos, alterar el equilibrio entre la actividad cerebral izquierda y derecha y alterar los rasgos de la personalidad. Todo esto por el poder del pensamiento.