¿Qué pasaría si no hubiera exámenes?

“Examen” es una de las palabras más temidas en la vida de nadie. El pensamiento inmediato que viene a la mente es estudiar duro y trabajar arduamente. Esta es la noción universal que tienen todos los estudiantes, vertiendo sobre los libros, quemando las velas en ambos extremos.

A veces uno desea que no se realicen exámenes para que estos momentos estresantes no estén allí. Es un momento muy difícil que todos tienen que pasar. Hay algunos estudiantes inteligentes que están ilesos, pero la mayoría llevan recuerdos desagradables.

¿Cuáles serían las consecuencias si no hubiera exámenes? Los estudiantes estarían encantados, el miedo a los exámenes, la carga del trabajo duro y las noches de insomnio serían eliminados.

Vamos a sopesar los pros y los contras. La evaluación del estudiante y el esfuerzo que cada persona pone nunca se realizaría. Los estudiantes tienden a tomarse las cosas a la ligera, sin molestarse en dedicar horas regulares de estudio. No habría calificaciones. De hecho, estos grados que se otorgan a los estudiantes siempre los alientan y tratan de mejorar su rendimiento. Cada estudiante promedio siente que debe lograr algo y ser un triunfador. Por otro lado, el estudiante por su cuenta puede verse tentado a trabajar duro, sabiendo que no tiene que competir, estar a la altura de los criterios de cualquier persona. Sin exámenes, por supuesto, habría indisciplina ya que los estudiantes pueden tomarse las cosas con calma, no estar atentos en clase, dar lugar a comportamientos indisciplinados e incluso conducir al analfabetismo. Los estudiantes y los padres se aprovecharían de tal sistema. En retrospectiva, uno siente que los exámenes son obligatorios, pero debe poner a prueba todas las capacidades del estudiante.

Ningún examen puede llevar a ninguna curiosidad, ninguna búsqueda de conocimiento, ninguna satisfacción en el aprendizaje y ningún espíritu competitivo.

Espero que esto ayude