¿Por qué seguimos estudiando platón y aristoteles?

Esa es una gran pregunta. Parece increíble que debería haber un pequeño grupo de personas hace mucho tiempo que crearon los marcos básicos para pensar las cuestiones fundamentales que necesitamos para evitar estar sumidos en la ignorancia, pero así es como es. A primera vista, parece similar a la forma en que los religiosos idolizan a los personajes en sus libros sagrados, pero hay una gran diferencia: la naturaleza de nuestro compromiso con sus escritos.

Mi ídolo es Aristóteles, y encuentro que cuando entro en discusiones profundas sobre cualquier tema filosófico, siempre termino explicando algo de Aristóteles para aclarar el tema. Pero esto no quiere decir que sus obras sean divinamente inspiradas. Por el contrario, requieren una reelaboración creativa para hacer uso de ellos en el mundo moderno.

Por ejemplo, las teorías de la evolución y la información nos obligan a repensar creativamente muchos de sus conceptos, pero diría que esta “creatividad” es mucho más fructífera que la creatividad necesaria para reinterpretar los dogmas religiosos para el mundo moderno.

Cuando las personas finalmente lleguen a un acuerdo con la evolución, la información y la complejidad, tendrán que haberse comprometido creativamente con Aristóteles. ¿Por qué? Con el fin de crear el vocabulario de la solución para ver cómo estas ciencias “se unen” con nuestra vida cotidiana, nuestras esperanzas y nuestros sueños.