Aparte de los elementos mundanos de una solicitud universitaria, como el GPA y los puntajes SAT, el componente que debe acompañar a cualquier solicitud universitaria es una declaración personal o un ensayo. Los estudiantes frecuentemente me preguntan qué tan importante es ese ensayo y cómo afecta las posibilidades de admisión.
Mi respuesta a estas preguntas es siempre la misma: el ensayo es, sin duda, una de las partes más integrales de una aplicación y es a menudo el factor decisivo de si uno gana o no la admisión. Esta opinión se aplica particularmente a las principales escuelas de la nación donde los estudiantes apenas pueden diferenciarse en función de los resultados de los exámenes o el rango de clase. En general, los estudiantes que solicitan ingreso en universidades como Yale o Harvard tienen calificaciones excepcionales en los exámenes y generalmente tienen un buen desempeño en la escuela.
Los resultados de las pruebas y los otros elementos requeridos en una aplicación no tienen un componente personal. Todos deben proporcionar esos mismos números, que simplemente indican el desempeño de uno en una tarea determinada. Es cierto que un número es representativo de la capacidad de uno de tomar una prueba y generalmente se piensa que demuestra su aptitud. Lo que hace que el ensayo sea particularmente diferente de otros componentes de la aplicación es su toque personal. No hay dos ensayos que se vean iguales y eso es lo que hace que el ensayo sea especial.
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Afortunadamente, uno tiene control completo sobre el mensaje que el ensayo transmite a sus lectores. El ensayo es la oportunidad para “hablar” con la persona que está revisando la solicitud. A menudo es el componente que hace o rompe la aplicación general. Por lo tanto, es de suma importancia garantizar que el ensayo de uno arroje algo de luz sobre el carácter de uno que de otra manera no habría sido conocido por el lector. Como resultado, es importante no simplemente repetir algo que se mencionó en otra parte de la aplicación. Desafortunadamente, este es un error común y que a menudo es perjudicial para las posibilidades generales de admisión.
El ensayo, a menos que se especifique lo contrario, no tiene ningún requisito de un tema. Uno puede escribir libremente sobre lo que se le ocurra. Algunas personas optan por escribir sobre ideas abstractas que les vienen a la mente y cómo se relacionan. Otros discuten dilemas personales y los obstáculos que han superado. Estos ejemplos sirven para demostrar la gran flexibilidad que uno tiene con el tema del ensayo. Otro aspecto positivo del ensayo es que no hay un tema correcto para seleccionar que optimice las posibilidades de admisión. El tema correcto depende de la persona dada.
Sin embargo, las opciones ilimitadas presentan un desafío para muchos estudiantes que tienen numerosas experiencias de vida y no están seguros de cómo decidir cuál elegir. Para ese fin, un consejero es una persona invaluable. Los amigos y la familia pueden ser útiles para las discusiones preliminares, pero estas personas a menudo carecen de la experiencia que requiere para ayudar a tomar la mejor decisión. Un consejero es aquel que tiene experiencia y un historial comprobado de éxito.
